martes, 6 de agosto de 2013

Tu verano será peor gracias a Instagram

Si creíamos que Facebook era el gran productor universal de envidia y mala sangre, Instagram ha llegado para ponernos a prueba. A estas alturas del verano su Instagram estará lleno de pedicuras naranjas, suchis, atardeceres y playas de ensueño. Lo sentimos. La vida dura y solo estamos a 1 de Agosto. 
La revista Slate ha alertado del peligro de Instagram para nuestra salud mental en este artículo que recomiendo encarecidamente, y que sugiere que Instagram, la plataforma de las fotos ideales, es incluso más depresiva que Facebook
Facebook te puede hacer creer que la vida de los otros es más interesante que la tuya y que, por contraste, eres un aburrido. Verse a uno mismo como un a un ser gris es complicado en cualquier estación del año, en verano es causa de tratamiento psiquiátrico.

La psicoterapeuta Mariela Michelena en su libro Me cuesta tanto olvidarte apunta que Facebook es el escaparate de la exclusión donde te enteras de todas las fiestas maravillosas a las que no has sido invitado y te hundes en la miseria a no ser que tengas una autoestima a prueba de bomba. 
"Ojos que no ven Facebook que te lo cuenta", dice Michelena en su libro para explicar que mientras más tiempo dediquemos a mirar las fotos de otros, más riesgo tenemos de desarrollar cierto sentimiento de envidia (nada sana). 
Otros dos estudios sostienen la misma teoría. Uno de ellos de nombre totalmente explícito:"They are happier and having better lives than I am: The impact of using Facebook on Perceptions of other's life (Ellos son más felices y tienen una vida mejor que la mía:  El impacto de usar Facebook en la percepción de la vida de los otros) demostró que los que usaban Facebook con frecuencia (no necesariamente coinciden con los usuarios más activos, ya hemos dicho en este blog que hay mucho mirón) estaban convencidos de que "la vida era injusta" y que la vida de los otros era mejor que la suya.
Según el estudio, "la gente tiende a atribuir a los contenidos positivos publicados por otros la categoría de estado permanente cuando la mayoría de las veces se trata de situaciones circunstanciales". En otras palabras, la gente no está siempre en calas paradisíacas ni en restaurantes japoneses como tú no estás siempre apalancado en el sofá. (Esperemos)

Pues la teoría de la redactora de Slate es que con Instagram todo será a peor y lo explica con varias razones que intento resumir aquí con el deseo de que vayáis a la fuente original en cuanto tengáis tiempo, y de paso echéis un vistazo a este otro artículo llamado La envidia en Facebook (Envy on Facebook). 
  • Instagram concentra lo peor de Facebook 
(en términos de crear agravios comparativos entre los usuarios)
Las tres conductas de riesgo que nos hacen sentir miserables en Facebook se potencian en Instagram. Es decir, peregrinar de un perfil a otro mirando fotos ajenas (en Instagram lo puedes hacer con mucho menos esfuerzo); tener como audiencia a un grupo amorfo de personas y muchos desconocidos (eso te ayuda a imaginar vidas ideales. No hay nada como conocer a la gente para bajarla del altar); y difusión de Likes de modo alocado y superficial. 
  • Instagram es exclusivamente visual. Es un espejo para verse uno mismo a través de las maravillosas fotos (filtradas, no lo olvidemos) de los demás. 
Una foto siempre es más explícita que un estado de Facebook. Y los filtros ayudan a idealizar la imagen. La gente no sube cualquier foto a Instagram, solo imágenes bonitas, originales, molonas, incluso algunos usuarios tienen un pretendido sentido artístico en su selección. Llevan un comisario de arte dentro cuando "curan" su foto del día porque quieren enseñar lo mejor que tienen. Tú haces lo mismo pero quizás alguna vez te dé por pensar que el resto de la humanidad vive permanentemente en un atardecer de Bali. Nada es feo en Instagram, son imágenes idealizadas de uno mismo. "Una foto es muy poderosa, crea una comparación social inmediata y produce sentimientos de inferioridad", dice a Slate Magazine Hanna Krasnova autora del estudio They are happier and having better lives than I am: The impact of using Facebook on Perceptions of other's life. Según Krasnova, entramos en "la espiral de envidia típica de las redes sociales. El autobombo trae más autobombo".

  • En Instagram es más fácil perder la noción del tiempo y la realidad
Todos dedicamos más tiempo a las fotos de Instagram que a las de otras redes sociales. Si somos perfeccionistas estamos perdidos. Rebuscamos hasta encontrar la foto perfecta, luego retocamos, recortamos, elegimos el filtro, cambiamos de idea y buscamos otro filtro. Es nuestra obra de arte del día. Todo el mundo lo hace pero, según los expertos, una vez que tenemos colgada nuestra pieza maestra y nos dedicamos a mirar las de otros (que han invertido la misma cantidad de tiempo y han falseado la realidad tanto como nosotros) la interpretamos literalmente y olvidamos que su vida también está mejorado por los filtros de Instagram

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