La
opinión y valoración que tenemos de nosotros mismos es lo que llamamos
autoestima, pero no siempre coincide con lo que transmitimos a los
demás, para bien o para mal. A veces la gente que más segura se muestra
es la que más complejos tiene; y hay quien tiene una imagen corporal
pobre de sí mismo mientras para los demás resulta atractivo. Los
ejemplos son innumerables, así que vamos a intentar aclararte por qué se
producen estos desfases y qué podemos que hacer cuando la percepción
que tenemos de nosotros mismos no coincide con la De los demás.
Si tus amig@s te han dicho cosas sobre ti que no solo te han
sorprendido sino que te han resultado inaceptables y con las que en
absoluto te identificas, párate a pensarlo bien antes de romper esa
amistad. O tus amigos no son tales, o tú tienes una idea algo equivocada
de cómo eres o cómo te comportas en realidad.
Cómo se construye la autoestima
La autoestima se construye, se forma y se desarrolla progresivamente a
partir de las experiencias que tenemos en el ambiente en el que
vivimos. La autoestima es algo que se aprende, y por tanto, se puede
mejorar.
Los conceptos y valoraciones que vamos formándonos sobre nosotros
mismos los aprendemos desde niños y vamos construyendo nuestra
autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos también en
función de cómo creemos que nos ven los demás.
Los comentarios, elogios o críticas de los demás son como un espejo
para nosotros. Aprendemos a valorarnos en la medida en que nos sentimos
valorados por los demás. Si nuestros padres, maestros u otros adultos
nos han transmitido aceptación y opiniones positivas respecto a
nosotros, nuestra autoestima se habrá construido sobre una base más
sólida.
Pero en psicología también se maneja el término de autoconcepto, que
es la percepción que tenemos de nosotros mismos, es decir, cómo nos
describiríamos a una tercera persona. La autoestima añade al
autoconcepto cómo nos valoramos y queremos a nosotros mismos, cómo nos
sentimos en nuestra piel. La autoestima está formada por la relación
entre la percepción o autoconcepto y nuestro “yo ideal”. La diferencia o
distancia entre ambos definirá nuestra autoestima.
Cómo nos influyen los demás
En una entrevista del científico español Eduard Punset al profesor
de Biología Evolutiva de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, se
afirma que el cerebro ha evolucionado para tener la capacidad de
relacionarnos con los demás. Según Dunbar somos capaces de gestionar
grupos sociales de 150 personas aproximadamente.
Pero es importante que asumas que no podemos agradar o resultarles
atractiv@s a todas las personas que forman nuestro grupo social. Por
esta misma razón es muy difícil que todas estas personas nos perciban
como poco atractivos, así que no te castigues obsesionándote con lo que
los demás piensan de ti.
Como se recoge en esta entrevista, la percepción que tienen los demás
de nosotros muchas veces está condicionada por nuestra propia
percepción. “Si nos etiquetamos como poco atractivos o poco aceptados
por los demás, podemos llegar a tener actitudes en concordancia con la
creencia que tenemos de nosotros mismos”, afirma Dunbar. También hay que
tener en cuenta que la autopercepción es algo variable que puede verse
afectada por el estado de ánimo. Si tienes un mal día es muy posible que
te veas mucho más fe@ o torpe de lo normal, pero le ocurre a todo el
mundo, hasta a las súper modelos y actores de Hollywood.
Mantener un autoconcepto y una autopercepción positiva y rodearte de
personas que te hagan sentir bien será importante para mantener en forma
tu autoestima y relacionarte de forma adecuada con los demás. Pero una
cosa son las opiniones positivas y otra los halagos o la gente que te
dice siempre lo que tú quieres oír. También es importante que sepas
encajar las críticas de las personas que te aprecian, ya que pueden
ayudarte a ajustar la percepción que tienes de ti mismo. Esa posible
distancia entre tu ‘yo ideal’ y el concepto que tienes de ti es la
causante de que, de entrada, nos tomemos tan mal las críticas de los
demás.
El ‘área ciega’
A la mayoría de nosotros nos preocupa cómo somos percibidos por los
demás. Una investigación de la Universidad de Chicago demuestra que para
comprender mejor cómo somos vistos por los otros es necesario cambiar
el autoconcepto, es decir, la imagen que tenemos de nosotros mismos. La
razón es que solemos creer que sabemos lo que piensan los demás de
nosotros, pero la mayoría de las veces nos equivocamos.
En este estudio se consiguió demostrar que cambiar la perspectiva que
tenemos sobre nosotros mismos nos ayuda a predecir mejor lo que los
demás piensan de nosotros. Para ello hay que tener en cuenta que,
mientras los demás nos consideran de un modo general, nuestro
autoconcepto está basado en los detalles. Los investigadores lo explican
con un ejemplo sencillo: “si nos vemos a nosotros mismos a través de un
microscopio y los demás lo hacen a través de unas gafas, nos
preocuparemos de cosas pequeñas que no nos deberían afectar, o nos
sentiremos orgullosos de detalles pequeños en los que nadie se está
fijando”.
Tener una percepción ajustada de cómo nos perciben los demás es
importante no solo en el terreno personal sino a la hora de
relacionarnos en el instituto, la universidad o en el trabajo, con
nuestros profesores, jefes, compañeros o empleados.
La clave para no distanciarnos demasiado de lo que los demás perciben
de nosotros es estar dispuestos a escucharlos y a cambiar el punto de
vista que tenemos de nosotros mismos. Como señalan los investigadores de
Chicago, “el problema que la gente tiene a la hora de tener intuiciones
respecto a las impresiones que provocan es que saben mucho sobre ellos
mismos y muy poco sobre los demás”.
Lo que los demás perciben de uno, pero uno es incapaz de percibir de
sí mismo, y que suelen ser las cosas que más nos cuesta aceptar, fue
denominado por Joseph Luft y Harry Ingham “área ciega”. Esta zona
constituye un área de oportunidad, ya que permite conocer cómo uno es
percibido y, en consecuencia, cómo los demás se pueden posicionar ante
nosotros. La relación interpersonal y aceptar las críticas de los demás
puede hacernos conquistar este área aunque nos resistamos a admitir
humildemente que somos así o que tenemos tal o cual carencia o
limitación. Algo difícil de conseguir, pero que mejorará mucho nuestras
relaciones con el entorno.
Es normal que haya cierta distorsión entre nuestro autoconcepto y la
realidad. Algunas personas se ven como más o menos capaces, más o menos
inteligentes, más o menos guapas o delgadas de lo que son. Pero cuando
este desajuste es muy grande se produce una psicopatología que necesita
tratamiento.
Por: AMALIA PANEA
Tomado de: http://gacetajoven.com/psy/como-eres-como-te-ven/
No hay comentarios:
Publicar un comentario